Delicadeza y destrucción de Gradey Dick: anatomía de un francotirador diferente
El alero de Kansas dominó en la NCAA con su capacidad desde el triple. El mejor tirador de todo el Draft, y algo más que eso.
La lava es capaz de arrasar con todo aquello que se pone en su camino. Su capacidad de calcinación es incluso mayor que la del fuego. Cuando esta sale a la superficie, es prácticamente imposible de frenar. En cuestión de segundos, cambia por completo lo que estaba anteriormente, dando paso a algo nuevo.
La NBA ha puesto en valor en los últimos años a los escuderos de las grandes estrellas. Aquellos que, por sus capacidades tanto ofensivas como defensivas, complementan a la perfección a los que se llevan los focos. La figura del jugador de rol se ha revalorizado en las últimas temporadas, y se ha convertido en una obligación para todo aquel que quiere competir por el anillo.
Los secundarios de lujo llegan a aquellos lugares que, incluso los jugadores franquicia, no pueden llegar. Su astucia, capacidad de liderazgo defensivo o, en numerosos casos, su facilidad para anotar. En este último punto encontramos a Gradey Dick. Sin ser el mejor jugador de toda la clase, sin destacar por su físico en una época en la que esta virtud es primordial, ha conseguido hacerse un nombre en el Draft.
La tan demandada y necesaria figura del tirador, del huidizo jugador que se mueve entre los bloqueos para recibir, armar el lanzamiento en apenas un segundo y tirar, ha encontrado su mejor versión, en este Draft, en el alero de Kansas. Dick (2’02m, 19 años), se ha consagrado como uno de los francotiradores del país, un genio capaz de decantar partidos desde la larga distancia y liderar a su equipo en los momentos decisivos.
Antes de comenzar el análisis de los puntos fuertes y los que tiene que mejorar, hay que dejar una cosa clara: Dick es el mejor tirador de este Draft y el mejor jugador sin balón de todos los que se presentan. Ahora, con esta carta de presentación, es más fácil comprender qué tipo de prospect llega a la NBA. Sin prometer ser una estrella o estar en los mejores quintetos de la liga, el exterior tiene todas las papeletas para tener una larga y exitosa carrera en la mejor liga del mundo.
Situándonos en el contexto, no era fácil situarse como pieza angular del sistema de Bill Self en tu año freshman teniendo en cuenta la magnitud de los Jayhawks dentro de la NCAA. Llegando a una Kansas que fue campeona la temporada anterior, con un sensacional Ochai Agbaji comandado por un campeón de la NBA como es Christian Braun, él sabía que su juego y trabajo iban a dar sus frutos más pronto que tarde.
Y así fue. Su capacidad para lanzar desde fuera asombró a todo el equipo. Ellos ya sabían lo que llegaba, pero la madurez que tenía para coger las riendas fue lo que sorprendió desde el primer día. Su físico atípico, de brazos largos y poco cuerpo, generaba dudas. Pero, si por algo ha destacado Dick, es por ser el mejor en lo suyo, y romper los partidos desde esa virtud.
Amenaza constante
Antes hemos recalcado que es el mejor tirador de este Draft. Junto a Jordan Hawkins, Jett Howard y Brandon Miller, ha sido el principal nombre desde la larga distancia en la NCAA. Su éxito en esta faceta se resume en tres vertientes, tan fáciles de comprender como difíciles de ejecutar.
En primer lugar, la inteligencia. Un jugador escurridizo como él, que sortea a los rivales como si hiciese un eslalon en los entrenamientos, es muy complicado de defender. Pasa entre los bloqueos sin esfuerzo, y obliga a su par a estar pendiente en todo momento de lo que puede hacer. Si el defensor no es élite, puede sufrir persiguiéndole. Su físico delgado y piernas rápidas le permiten ser el primero en recibir el balón y no dar opción a que este sea robado en líneas de pase.
Lo segundo, y quizá más importante, la mecánica. Si algo ha caracterizado a los tiradores a lo largo de la historia en la NBA es la peculiaridad y eficacia de su mecánica. Dick es capaz de levantarse por encima del defensor y sacar el balón de sus manos en poco más de un segundo. Su capacidad de salto le permite elevar este lanzamiento y que sea prácticamente indefendible.
Y lo tercero, y quizá más importante, la determinación. Sabe en qué momento armar el tiro y en qué momento doblar a sus compañeros. Las ayudas que recibe en defensa cuando sale de bloqueo o recibe fuera le hacen estar atento del jugador que queda liberado. Cuando tiene que lanzar, lo hace. Pero, siempre pensando en lo mejor para el equipo. Un 40.3% desde el triple con 5.7 lanzamientos desde la larga distancia por noche, el volumen iguala a la eficiencia.
Más allá del triple
Lo que hace especial a Dick es que no se queda encasillado en el rol de tirador, en aquel que espera en las esquinas y tiene sus minutos de gloria cuando el balón calienta. Su capacidad y talento infinito ofensivo van más allá. Es capaz de sorprender al defensor fabricándose sus propios lanzamientos, así como romper a canasta sin balón (recordemos, el mejor de todo el Draft moviéndose sin él en las manos).
La amenaza que representa se traduce en dobles ayudas y defensores que buscan puntear sus tiros con desesperación. Ello le permite romper con un bote y lanzar desde la media distancia o ir directamente al aro, donde tiene una gran facilidad para absorber el contacto y finalizar por encima del defensor.
Bote fuerte y preciso de balón, analiza lo que va a hacer su par para tomar la mejor decisión. Es capaz de levantarse desde cualquier zona o parte de la pista, consciente de la enorme ventaja quetiene con respecto a sus rivales. Como si fuera una bandeja, anota desde la media distancia con ridícula facilidad.
La defensa y demás facetas del juego
Siendo uno de los mejores jugadores ofensivos de todo el Draft (14.1 puntos por encuentro con un 44.2% en tiros de campo y 40.3% desde el triple), su rango de elección (8-12) se determina por la mejora evidente que necesita en otras facetas del juego. No hay que dejarse engañar por su físico. A pesar de su delgado cuerpo, es el primero en bajar al barro e ir al contacto.
Su altura y brazos largos le permiten ser importante en canasta propia a la hora de cerrar el rebote (5.1 por partido). Siendo un factor influyente con el balón pocos segundos en las manos, las asistencias (1.7) no son su fuerte. Ha aprendido a doblar el balón en situaciones de dos contra uno y recibir en poste alto tras el corte a canasta y jugar con el interior o mandar el balón a las esquinas.
Su función es clara cuando llegue a la NBA. Distintos equipos de lotería sueñan con un tirador de su nivel. Prácticamente todos. Es un tipo de jugador que siempre es bienvenido. Quizá, por plantilla y necesidades, los equipos que más pueden apostar por él sean Utah, Dallas (con ese pick 10, que parece el pick obligatorio), y unos Magic que necesitan acierto exterior (34.6% la pasada temporada). Si tuviese que elegir, le mandaría a los Mavericks. Un jugador de sus características al lado de Luka Doncic…
Su facilidad para armar el tiro no debería suponer un problema de adaptación en la NBA. Sortea rivales como si no le costase y arma el lanzamiento en pocos segundos. Un torrente ofensivo difícilmente comparable en la NCAA. Gradey Dick fue el mejor tirador universitario, y ahora quiere trasladarlo a la NBA.